
Acrílico sobre cartón, (35 x 50 cm)
Poco que decir. Nada más tomar los pinceles, cortar un cartón, imprimirle la base, cerrar los ojos y delinear el primer flashback que se me apareció. No hice boceto alguno, no lo pensé un minuto siquiera. Estaba en un estado de "ojos ciegos bien abiertos", conectado con un hilo frágil y vertiginoso a esa imagen atrapada débilmente en mi mente . Los sonidos exteriores se me hicieron lejanos; la boca reseca y los pies fríos, helados. Tengo que atraparte, me decía a mí mismo; estás en movimiento, pero te puedo congelar en algunos instantes. Y mi mano es una extensión firme y fiel de mi cabeza, pretendo que obedezca y se mueva al compás de la cadencia de esa imagen que quiere escaparse, pero que poco a poco se va trasladando a través de mí hasta el cartón. Me duele el codo, el antebrazo y los dedos, pero no importa, no hay que aflojar. No hasta que consiga extirpar esa imagen de mi mente y la pueda plasmar en la superficie texturada. Si pudiera tener una remota idea de lo que es parir algo, podría decir que esto se le aproxima un poco, nada más que menos físico y visceral, quizás. O no. Y sale. De a poco, toma forma afuera. Sonrío satisfecho.Las terminaciones vendrán mucho más relajadamente, después.
Claro, me salió algo surrealista, no podemos pretender otra cosa después de semejante trance, no creen? Espero que les guste. Un abrazo.
Update: Se vienen los óleos, los cuales toman mucho más tiempo de trabajo, así que si no hago algo en tinta o lápiz para matizar, estoy en el horno.